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En cuanto al bullying físico y psicológico, no es propiamente que existan diversos tipos de bullying, a final de cuentas el bullying es un fenómeno de acoso y abusos sistemático. La forma en que se lleva a cabo ese maltrato es la que tiene algunas variaciones según el sexo y la edad del agresor.


BULLYING FÍSICO Y PSICOLÓGICO


Por esa razón, cuando hablamos de bullying físico y psicológico, nos referimos en realidad a dos modalidades de abuso dentro del fenómeno del bullying: el maltrato físico, y el maltrato psicológico.

El maltrato físico es evidente: empujones, golpes, puñetazos, bofetadas, "juegos" bruscos (como el caso en donde entre varios chicos aventaron al aire a un muchacho y finalmente lo dejaron caer al suelo), "encerrones" en botes de basura o salones, jalones de cabello, torceduras de extremidades, etc.

El maltrato psicológico es el que se suele "normalizar" con mayor frecuencia, es decir, pasa desapercibido porque muchas veces los niños y jóvenes ya traen una carga desde sus hogares en donde sus propias familias (padres, hermanos, primos, etc.) se les trata con palabras altisonantes, insultos o apodos, cuya gravedad se minimiza con frases como "es de cariño", "las peleas entre hermanos son normales", "los padres deben regañar a sus hijos", etc.

De manera que al llegar al ámbito escolar, hay acciones que se consideran normales y no tan graves, que pueden subir de intensidad sin que la persona agraviada se de cuenta pero que sí causan ansiedad, estrés, tensión, baja autoestima. Ejemplos de este "bullying psicológico": insultos, "ley del hielo" (un grupo que deja de dirigirle la palabra a una persona específica), aislamiento, apodos ofensivos, comentarios negativos hacia la apariencia y personalidad (forma de vestir, de hablar, de pensar), burlas públicas.

Generalmente, el bullying que incluye maltrato físico es más usado por los varones debido a la cultura machista existente en muchas culturas, que induce modelos de masculinidad violentos: los hombres tienen que ser fuertes, demostrar su fortaleza ganando en peleas físicas (con golpes, en ocasiones llegando hasta la muerte), contestar con empujones y puñetazos cuando alguien les insulta, demostrar que son hombres a costa de humillar a sus compañeras mujeres u otras féminas de su entorno (madres, hermanas).

En cambio, el bullying que incluye maltrato psicológico es más usado por las mujeres, también por la cultura machista que las minimiza: está mal visto que una mujer se pelee a golpes con los varones, gritar, decir palabras altisonantes, utilizar en exceso su fuerza física. Por esa razón, recurren más al maltrato "sutil": el aislamiento, cortar la comunicación, atacar la apariencia, insultar públicamente y en privado.

Aunque hay otro tipo de agresiones que también se presentan dentro del fenómeno del bullying, el abuso físico y psicológico es el que más se presenta debido a la edad, puesto que se trata de niños y jóvenes en su mayoría entre los 9 y 14 años.


¿Existe el bullying en preescolar?


BULLYING EN PREESCOLAR


De hecho sí, sí existe el bullying en preescolar, pero casi no se habla de él, y la razón es muy sencilla: prácticamente no sucede.

Las estadísticas muestran que la etapa escolar en la que más incidentes de bullying se reportan es en secundaria, la primaria ocupa el segundo lugar (en edades cada vez más tempranas) y por último el preescolar, en porcentajes realmente bajos.

Y es que en preescolar hay mayores límites que impiden que situaciones de acoso por otros niños avancen:


  • Al tratarse de niños pequeños hay mayor vigilancia por parte de los maestros(as).
  • Los niños de corta edad suelen recurrir a los adultos cuando necesitan ayuda.
  • Los niños de corta edad, al tener menos resistencia a la frustración y menor auto control, se muestran mucho más evidentes cuando otro niño los llega a lastimar: lloran, gritan, golpean, tiran objetos.
  • En edad preescolar se fomentan el juego comunitario y la convivencia más que el trabajo individual.
  • Los niños de corta edad suelen ser más abiertos con sus padres cuando tienen problemas con otros niños.
  • Los niños pequeños no tienen tanta capacidad de liderazgo como para lograr que otros niños de su edad repitan sus acciones.

Habilidades como liderazgo y necesidades como la integración a un grupo, comienzan a desarrollarse poco antes de la adolescencia, lo cual conlleva a los niños a relacionarse con sus compañeros de forma distinta. Por esa razón los casos de bullying en preescolar son muy escasos.

Aún así, sí ha habido casos particulares, en donde algún niño acosa a su compañero con burlas, rayones en su cuaderno, empujones, o incluso que logre que algún amiguito se sume a las agresiones. Son casos bastante atípicos y que suelen ser detectados por los maestros escolares e incluso por los propios padres. Y generalmente se trata de niños que viven ambientes violentos y hostiles en sus propias familias.

De hecho, los niños mayores que practican el bullying también han vivido situaciones de violencia en casa o la escuela, pero siendo más pequeños no se sienten con la seguridad de llevar a cabo esas acciones porque asumen más el papel de víctimas que de victimarios, al crecer se invierte el papel. Por eso es notorio cuando un niño en edad preescolar asume un rol de perpetrador.

En edad preescolar es relativamente sencillo resolver el problema, se puede hablar con los maestros y los padres de familia, y se pueden establecer límites mucho más claros. También es un momento oportuno para cambiar las dinámicas familiares, pues los menores en preescolar están formándose todavía una personalidad, aprendiendo directamente de sus padres y adultos cercanos.


Actualmente el bullying en redes sociales ha ido en aumento en forma terrorífica.


BULLYING EN REDES SOCIALES


De hecho hace poco publicamos en este blog un caso típico de bullying en redes sociales, en donde un niño recibía mensajes ofensivos hasta que sus papás se dieron cuenta.

Cuando salió a la luz este caso en particular, algunos maestros opinaron que era mucho mejor que los menores de edad no tuvieran perfiles de Facebook ni de Twitter, ya que el bullying en redes sociales era un riesgo para ellos. Pero lo cierto es, que de no haber tenido Facebook, los padres del niño agredido jamás se hubieran dado cuenta de que su hijo era molestado en la escuela.

A final de cuentas, las redes sociales son una mera extensión de nuestra conducta en la vida cotidiana. Lo que hacemos afuera lo hacemos también en el mundo virtual. Y si un niño o niña son acosados en la escuela, también sufrirán de bullying en las redes sociales.

Las redes sociales son una herramienta, hay que saber usarla, y si sus usuarios son menores de edad entonces la solución no es que dejen de usar las redes sociales, sino que tengan vigilancia paterna y que su padres les enseñen cómo utilizarlas. Aunque es cierto que en ocasiones la brecha generacional dificulta mucho este paso; pero también es verdad que hoy día, las redes sociales se han vuelto tan universales que la gran mayoría de usuarios de Internet tienen algún perfil en Facebook, Twitter y/u otras, incluyendo a muchos padres de familia.

Con respecto al bullying en redes sociales, si detectamos un caso como este, hay que notificarlo a las autoridades escolares. Si bien es cierto que el acoso cibernético es una acción que ocurre fuera del plantel escolar (igual que ocurrían otras agresiones a la salida de la escuela), sabemos que se trata de un problema que tuvo su origen en una agresión que está ocurriendo dentro del ambiente escolar y con otros estudiantes, por lo tanto también es responsabilidad tanto del director(a) del plantel como del profesorado.

En el caso que publicamos aquí, la ruta a seguir de los padres fue:


  1. Borrar y bloquear a las niñas agresoras del perfil de Facebook.
  2. Explicar a su hijo que nadie tiene derecho a agredirlo ni insultarlo, así sean sus compañeros de escuela. Y que si eso pasa no tiene por qué compartir el espacio con ellos, mucho menos el espacio virtual.
  3. Redoblar las medidas de seguridad en el Facebook: privacidad, elección de solicitudes de amistad, explicar a su hijo que sólo debe aceptar aquellas personas con las que haya una amistad de verdad en el mundo real.
  4. Platicar con el profesor del grupo, quien a su vez habló con los padres de la niña agresora.

Finalmente, el profesor sostuvo una reunión con los padres de la agresora y la niña en cuestión, de ninguna manera se obligó al niño agresor a estar presente ni mucho menos "carearse" o hacer acusaciones. Tampoco fue una reunión para criminalizar a la niña, regañarla o hacerla sentir miserable, sino se trató de hacerle ver el daño que estaba causando y las consecuencias.

Al hacerlo de esta manera se llegó a "mapear" correctamente toda la situación: La niña estaba por salir de sexto y el chico nuevo le caía mal porque él era demasiado amable, lo sintió débil y comenzó a molestarlo al mismo tiempo que convenció a otra niña de menor edad de seguirla en sus burlas. Las agresiones se extendieron al Facebook, y como ella era de sexto grado y faltaba poco tiempo para acabar el ciclo escolar, creyó que no habría consecuencias pues a final de cuentas ya no vería nunca más a su compañero.

Afortundamente los padres se dieron cuenta y el profesor supo actuar de manera prudente, además de que los padres no llegaron en actitud defensiva y supieron darse cuenta de la gravedad de la situación. A partir de entonces las agresiones cesaron, y se pudo terminar con un ciclo escolar tranquilo.

No se debe "satanizar" a las redes sociales como si ellas fueran las causantes del bullying y el ciberbullying, sino entender que los tiempos cambian y los medios de comunicación también, y son las personas quienes usan las herramientas, por lo tanto son ellas quienes convierten las herramientas en algo productivo o por el contrario, quienes hacen uso indebido causando daños a terceros. Es como todo en la vida, todo avance tecnológico viene con sus beneficios pero también con sus responsabilidades.


Definitivamente una de las cosas más difíciles para quien fue víctima de bullying es sanar su dolor y seguir aprendiendo a perdonar.


APRENDIENDO A PERDONAR


Ir por el camino aprendiendo a perdonar no es fácil cuando has sido abusado, golpeado e insultado en tu adolescencia, en la etapa más sensible de toda de tu vida. Sobretodo, porque cuando somos adolescentes, llegamos a creer que esas situaciones nos perseguirán el resto de nuestras vidas, generamos odio y resentimiento hacia nuestros agresores.

Para algunos, el proceso de sanación de esas agresiones tarda años. Muchos nunca llegan a perdonar a sus agresores ¿por qué deberían hacerlo?

Una de las caras más tristes del bullying, es que hay ocasiones en donde los chicos literalmente no saben lo que hacen, sobretodo aquellos que no iniciaron con la agresión pero que siguieron al agresor en todos sus abusos. Les parecían bromas divertidas o mera forma de matar el tiempo, realmente la víctima les era completamente indiferente, no les importaba si sufría o no porque no era su amigo ni familiar, sólo otro más del montón.

Es triste porque las víctimas pueden pasar meses y años preguntándose qué hicieron ellos para que los otros los maltraten de esa manera, es difícil perdonar porque en su mente los agresores los hicieron sufrir sin ningún miramiento y por lo tanto dejan de ser personas para convertirse en delincuentes.

Aprender a perdonar en estas circunstancias no es fácil, de hecho se vuelve mucho más difícil porque rara vez se vuelve a ver a estos agresores, y muy rara vez ellos se llegan a disculpar por sus acciones pasadas.

Sin embargo hay veces en que sí sucede. Así le pasó hoy a un gran amigo que sufrió bullying durante la adolescencia, y que tardó años trabajando el tema en terapia para cerrar las heridas que dejó esta etapa de su vida. Fue aprendiendo a perdonar poco a poco en un duro proceso y le fue muy difícil; pero gracias al mensaje de hoy, esa carga se aligeró un poco más:


"Veo en facebook que estás muy contento y me da gusto saber que estás bien. Solo quiero pedirte una disculpa por haber sido pesado contigo en nuestra adolescencia y quiero que sepas que trato de educar a mi hija para que no cometa los mismos errores que yo cometí. Espero que sigas teniendo una vida feliz, te lo deseo de corazón. Un abrazo."

"Hoy sentí la necesidad de enfrentarme a una de las muchas cosas que como todos, he hecho mal. Una de ellas era darte mis más sinceras disculpas por haber sido un bully contigo. Uno como niño no mide la dimensión de las cosas y crees que hasta estás en tu derecho de tratar de demostrar una superioridad ilusoria, que no sirve para nada más que para empobrecer el alma. Hoy lo sé y es diferente. Me da un gusto enorme saber que sigues creciendo y que tanto lo bueno como lo malo te ha formado en la persona que eres hoy en día. Agradezco tus palabras y tu buena onda. Sigamos con lo nuestro, tratando de hacer siempre bien las cosas Lo que necesites, aquí estamos!"


Claro, esto no quiere decir que todos los abusadores se lleguen a arrepentir; pero es bueno saber que sí es posible que en un futuro su perspectiva cambie lo mismo que sus acciones, y que están haciendo cosas para romper con ese sistema abusivo. Tampoco los excluye de sus responsabilidad de aquel entonces, ni es justificación para el actuar de los niños que actualmente abusan. Sólo es un recordatorio, para quienes están tratando de sanar sus heridas, de que es posible seguir la vida sin rencor por aquellos que nos dañaron y que no es necesario sufrir toda la vida por un mal episodio.


De todas las escuelas que conozco, nunca pensé en tener que escribir una entrada sobre el Centro Montessori Tonali.


CENTRO MONTESSORI TONALI


El Centro Montessori Tonali está ubicado en la delegación Iztapala, en la colonia El Sifón, muy cerca de Churubusco y Eje 3.

Tonali es una escuela que utiliza el sistema Montessori para enseñar, los niños de estas escuelas tienen fama de ser chicos respetuosos de los demás, y estos centros de enseñanza se empeñan en crear ambientes armoniosos entre la comunidad: los padres se conocen, la escuela realiza actividades de convivencia, se imparten numerosos talleres sobre educación, congresos para padres, etc.

Sin embargo, tal parece que ni siquiera este tipo de ambientes se salva del bullying, específicamente en este caso del cyberbullying.

El caso sucedió entre algunos estudiantes de Taller II del Centro Montessori Tonali, para quienes no lo saben Taller II es el grupo que alberga a los alumnos de 4°, 5° y 6° grado cuyas edades oscilan entre los 9 y 12 años. Muchos de estos chicos utilizan un perfil de Facebook, a pesar de que los maestros recomiendan que los niños no utilicen redes sociales.

Pues bien, uno de los padres de familia se dio cuenta de que una de las alumnas de 4° había escrito el insulto "que puto" en el muro de Facebook de su hijo de 11 años. Inmediatamente los papás hablaron con el niño, quien se mostró sorprendido por el insulto, aseguró que aunque él no se hablaba mucho con su compañera ella nunca le había dicho nada malo y que él tampoco, incluso el chico pensó que quizás él habría hecho algo para que su "amiga" se molestara.

Los padres le explicaron a su hijo que nadie tiene derecho a insultarlo, mucho menos en un espacio público en donde otros amigos y familiares pueden ver esas agresiones. Después de eso borraron y bloquearon a la niña agresora (no cerraron la cuenta) y al día siguiente fueron a hablar con el maestro del grupo.

El guía de Tonali se comprometió a hablar con los papás de la niña, se preocupó por lo que le pasó al chico y aseguró que trabajaría el tema en la clase.

Los padres se sintieron un tanto aliviados de que se tratara de un caso aislado, y que quizás hubiera la posibilidad de que no hubiera sido la niña quien utilizó esos insultos, sino quizás algún amigo o familiar de ella: un primo mal intencionado tal vez.

Desafortunadamente no se trataba de un caso aislado. Al día siguiente, el chico dejó accidentalmente su perfil de Facebook abierto, su mamá lo vio y se dio cuenta de varias cosas:


1. No era la primera vez que la niña insultaba al chico. Había varias conversaciones en donde ella lo llamaba puto y otros insultos, ella tiene 9 años.

2. No era la única niña que lo hacía, había otra de 12 años que también lo insultaba diciéndole cosas como gay, enano, tonto, etc.

3. Esta situación llevaba dándose desde hacía varios meses.


La madre habló entonces con su hijo, este confesó que no sólo recibía insultos en Internet sino también dentro de la escuela, en momentos en que los maestros salían del salón o durante la hora de patio. Y que varias veces había acusado al menos a una de ellas, pero que a pesar de que había alguna consecuencia (como lavar los platos en la cocina por ejemplo) ella seguía molestándolo. Nadie del Centro Montessori Tonali habló con los padres de estas chicas a pesar de las acusaciones porque supusieron, tal como lo hacen en todas las demás escuelas, que era un problema de niños.

Sin importar el sistema de enseñanza que se siga, tal pareciera que seguimos viendo la agresión como un juego, que se puede solucionar con un regaño, una falsa disculpa o un "no lo vuelvas a hacer". No se ponen límites, la familia no se entera, no hay consecuencias acordes a la acción.

Realmente es decepcionante saber que este tipo de historias ocurren en escuelas Montessori. De hecho, cuando uno visita el Centro Montessori Tonali sólo se ve cordialidad: todos los niños se saludan y se despiden como si fueran grandes amigos, el trato en los salones es cordial, los niños se ven tan "bien educados", los guías son amables. Parece realmente un lugar seguro para los niños y su salud emocional.

Y quizá dentro de la escuela sea así, pero al salir las cosas son diferentes, después de todo la primera educación que reciben es la que ven en casa. Si los insultos son parte de sus vida cotidiana, los hijos los repiten en su relación con otros niños.

Otro aspecto a señalar en los insultos utilizados por las estudiantes del Centro Montessori Tonali, es la marcada homofobia. Utilizar la palabra "gay" como si fuera un insulto, evidencia claramente los sentimientos de esta niña y su familia hacia la comunidad homosexual, como si tener orientación homosexual te convirtiera automáticamente en un ser inferior al que le puedes hacer lo que quieras.

El niño agredido no era gay y era insultado de muchas formas, no me imagino lo que le hubiera pasado si realmente se tratara de un chico homosexual.

Sinceramente no creo que el Centro Montessori Tonali sea una mala escuela, sin embargo creo que no toma medidas adecuadas para evitar el bullying en sus instalaciones, precisamente porque se confían creyendo que su sistema puede evitar por sí mismo estas situaciones. No es así, el sistema sirve para muchas cosas pero difícilmente puede cambiar la conducta de niños que viven en la delegación más violenta del Distrito Federal, cuyas familias se hablan con insultos, golpes, y otras "linduras".

Respecto al chico agredido, su hermano (quien también asiste al mismo plantel) asegura que a él lo molestan porque es el único de su grupo que no dice groserías. Es decir, lo molestan por ser diferente, por ser un ser humano respetuoso.

Si un grupo entero considera la buena conducta como algo anómalo, entonces hay algo que no está funcionando en sus ambientes, ya sea en su casa o en su escuela. En cualquier caso, los padres deberían estar al pendiente de lo que está sucediendo con los alumnos de Taller II del Centro Montessori Tonali.


Se está promoviendo la modificación del Código Penal para el Estado de Nuevo León, para añadir el artículo 345 BIS.




El Código Penal para el Estado de Nuevo León, señala en su artículo 345:


"ARTÍCULO 345.- EL DELITO DE DIFAMACIÓN SE CASTIGARÁ CON PRISIÓN DE SEIS 
MESES A TRES AÑOS, O MULTA DE DIEZ A QUINIENTAS CUOTAS, O AMBAS 
SANCIONES, A CRITERIO DEL JUEZ".


La propuesta que se está impulsando, es la de añadir el artículo 345 BIS al Código Penal para el Estado de Nuevo León, el cual quedaría de la siguiente manera:


"Artículo 345 BIS. También se considera difamación quien difunda, revele, ceda o transmita por cualquier medio una o más imágenes o grabaciones audiovisuales para causarle a una o varias personas la deshonra, descrédito, perjuicio o exponerla al desprecio de alguien, se le impondrán de uno a dos años de prisión y multa de doscientas a mil cuotas".


Supuestamente la añadidura de este artículo sería con el afán de combatir el "cyberbulling", una práctica que efectivamente incluye el envío de material audivisual ofensivo para las víctimas.

Sin embargo, tras un leve análisis de este párrafo hay que señalar dos cosas:

1) Las palabras "deshonra" y "descrédito", son subjetivas y de poco o nada sirven para definir una clara situación de agresión sistémica.

Estos conceptos solían incluirse en las leyes por un principio moral más que una ambición de justicia, de manera que cualquier acción que "deshonrara" a una persona "decente" podía ser considerada un delito penal, es decir, una falta que se puede castigar con prisión.

En este precepto entran "delitos" como el adulterio (generalmente sólo aplicado a las mujeres). También en algunas leyes afganas se basan en este principio para juzgar casos de violación, en donde la víctima pasa a ser culpable por haber traído "deshonra" a su familia.

De hecho, en materia de derechos humanos se está exigiendo cada vez con mayor rigor que se dejen de establecer delitos sobre la honra.

2) Como todos sabemos estas leyes sólo aplican para los ciudadanos, es decir, para los mayores de edad (en el caso de México sólo para mayores de 18 años).

Aún cuando entrara en vigor, esta modificación no se aplicaría realmente a los agresores, de quienes sabemos que están en edad escolar primordialmente entre los 12 y 16 años.

En resumen, esta ley no tendría valor alguno en la lucha contra el cyberbullying. No habría castigo para los agresores y tampoco protección para los agredidos.

Lo que sí podría suceder, y ese es precisamente el temor de varias organizaciones, es que bajo el pretexto de ayudar a niños víctimas de bullying se apruebe una ley que atente contra la libertad de expresión y que permita encarcelar o multar a personas que se expresen en contra del gobierno o las autoridades a través de las redes sociales.

Ese y no otro, o al menos es lo que parece, es el objetivo real de añadir el artículo 345 BIS al Código Penal para el Estado de Nuevo León.

Es una situación bastante preocupante y desfavorecedora para quienes tratamos de contrarrestar realmente el problema del bullying.

Demuestra además el poco compromiso que tienen las autoridades para con los jóvenes del país, y que no tienen el más mínimo reparo en aprovecharse los problemas de estos muchachos para beneficiarse políticamente.

Para quien esté interesado en consultar el Código Penal para el Estado de Nuevo León, puede hacerlo en la siguiente liga:

Código Penal para el Estado de Nuevo León